martes, 13 de julio de 2010



Educación Bancaria: el saber como un depósito

La educación bancaria para Paulo Freire parte del supuesto de que los alumnos son simples receptores de contenidos, es decir son compartimentos vacíos que deben ser llenados con conocimientos por quien los posea.
En esta concepción hay un saber instaurado, institucionalizado, validado que posee un rol activo, y a mismo tiempo un sujeto pasivo que cumple la función de recibir y acumular lo accionado por el educador. Es decir el conocimiento en este esquema es unidireccional, tiene una sola dirección que va desde el saber a la ignorancia.
Si se analiza esta situación d se pueden observar características opresivas y del mismo modo se observa la condición mecánica de esta concepción de educación debido a que el aprendizaje se realiza de manera memorística y por repetición; y este tipo de aprendizaje tiene como principal dificultad técnica que con el paso del tiempo se disipa en la memoria y no se logra un aprendizaje significativo.
Esta manera de entender la educación priva además a los actores de comunicación, no hay interrelación entre educador y educando sino es través de los contenidos; en esta dinámica de depositar saberes en recipientes no hay conocimiento del otro, comprensión ni tampoco posibilidad de discusión y posibles alternativas en la mirada del mundo. Esta dinámica es mecánica y acotada a contenidos que ya fueron seleccionados como válidos para ser transmitidos y por lo tanto no hay dialogo entre los interpretes y en consecuencia no existe posibilidad de transformación, muy por el contrario en este papel pasivo los educandos pueden ser adaptados con facilidad a un mundo ya dado.
La educación bancaria para Freire es un instrumento más de la opresión para mantener el estatus quo e impedir la liberación.

En la educación bancaria los alumnos se habitúan a la pasividad y no desarrollan su propia capacidad de razonar y su conciencia crítica., se establece una relación verticalista, se fomenta una estructura mental de acatamiento al autoritarismo, en virtud del régimen de notas (premios y castigos) se fomenta el individualismo y la competencia en perjuicio de la solidaridad y los valores comunitarios.El objetivo será que el alumno aprenda. El indicador que utilizará el educador en este modelo para evaluar su producto, sería siempre: ¿El alumno sabe (la lección, la asignatura)? ¿Ha aprendido? Cuando en verdad, el resultado es que no aprende, sino que memoriza, repite y luego olvida. No asimila, porque no hay asimilación sin participación, sin elaboración personal; los educandos adquieren una mente cerrada o dogmática, incapaz de juzgar los mensajes recibidos por sus propios méritos, independientemente de la autoridad de la fuente; el educando se hace inseguro, pierde su autoestima, sostiene que no sabe, que no vale.

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