martes, 13 de julio de 2010

Reconocernos sujetos dentro de nuestro universo vocabular, poder hacer uso del lenguaje, poder reconocer su utilización y sobre todo encontrar en el las experiencias existenciales de nuestros interlocutores, nos acerca con mayor claridad a identificar lo que queremos comunicar.Freire en sus diversas obras, presenta al mundo del universo vocabular, en donde reconoce que:

Esas expresiones y vocablos, no deberían ser transformados por los educadores ya que son experiencias que conllevan una carga emocional, y que las hace únicas, direccionales y características de esa "palabra" que es el mismo sujeto tiene naturalizada en sus sentidos.
La palabra es el hilo conductor que luego derivara en un dialogo, que puede darse entre educadores y educandos, el dialogo que se instaura será entonces el colectivo que a través de la educación, actué como una práctica liberadora. De esta manera estaremos reconociendo a ese "otro", en donde le otorgaremos a los sujetos una cierta igualdad, conociéndolo a si vez también como capaz de ponerse a la par en una instancia de reciprocidad.
En esa instancia ya se pueden reconocer las practicas socioculturales de los sujetos que sitúan al educador en una posición política que clarifican el momento de poder armar las acciones estrategicas de educación y comunicación.
En campo:
Como experiencia personal, el reconocimiento del universo vocabular, significo el acercarse y el involucrarse con los alumnos. Nuestras practicas comunicacionales se llevaron a cabo en uno de los CEA, ubicado en la periferia de la ciudad. Elegimos un centro de adultos, ya que creímos que trabajar con ellos sería mucho mas enriquecedor y llevadero.
En la practica, no fue como habíamos pensado. El trabajo con adultos, no es nada fácil. La tarea durante casi tres horas semanales, en ocasiones, resultaba alentadora y en otros, no tanto. Con el correr de las clases pudimos conocerlos, reconocer a cada uno de los alumnos como sujeto, entender sus códigos, sus lenguajes y poder aceptar sus palabras, tratando de no ser más que ellos, sino de ser semejantes para crear un clima satisfactorio de trabajo.
Creímos interesante, escuchar antes que hablar. Su forma de vivir, sus creencias, sus hábitos, sus acciones, su proceder, sus intercambios de ideas, creaban en nosotras ese campo de significacion en donde como si fuese una instrucción íbamos creando un conocimiento de su propia realidad.
Y no nos fue fácil ser o cumplir el rol de educadores en dos meses, pero sabemos que en el momento en que ellos nos miraban diferente, un gracias fue la satisfacción mas linda que nos pudimos llevar de ese nuevo universo.

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